Vue aérienne et latérale de la cathédrale de RodezVue aérienne et latérale de la cathédrale de Rodez
©Vue aérienne et latérale de la cathédrale de Rodez|D.VIET - CRT Occitanie
ContempleUna arquitectura excepcional.
Catedral de Rodez

Adéntrese en los misterios de la obra

Subiendo por Avenue Victor-Hugo, desde el museo Soulages vemos a lo lejos la catedral de Notre-Dame de Rodez. A medida que nos acercamos nos vamos dando cuenta de la majestuosidad del monumento.

Vue de la cathédrale de Rodez de nuitVue de la cathédrale de Rodez de nuit
©Vue de la cathédrale de Rodez de nuit|D.VIET - CRT Occitanie

Un encaje de piedra.

No sabemos hacia dónde dirigir la mirada: el campanario, la piedra rosa, las gárgolas, las inscripciones grabadas, las decoraciones… Los detalles esculpidos en la piedra son tan numerosos que es imposible fijarse en todos. Aquí la expresión «encaje de piedra» cobra todo su sentido.

La catedral gótica de piedra arenisca rosa está en continua restauración. Se dice que esta piedra es un material frágil que se va deteriorando con el tiempo para convertirse nuevamente en polvo (afectándole además el mal tiempo o el viento). Para los canteros el trabajo es constante.

Una construcción sobresaliente

Se necesitaron tres siglos de trabajos para realizar la obra. La construcción de la catedral de Notre-Dame de Rodez comenzó en 1277 y no concluyó hasta bien entrado el siglo XVI por varios motivos: la Guerra de los Cien Años, la escasez de medios financieros, las enfermedades, etc.

La fachada principal llama nuestra atención. No hay puerta. No hay abertura. Solo una inmensidad rosa. Todo ello se explica por el hecho de que la catedral antiguamente formaba parte de la muralla de la ciudad, por lo que este aspecto de catedral-fortaleza no es fruto del azar.

Nos queda por encontrar la entrada principal…

Un campanario especialmente decorado

Con sus 87 metros de alto, el campanario de Rodez es uno de los campanarios planos más altos de Francia. Es impresionante. Esta torre de cuidadoso diseño se construyó entre 1513 y 1526 por mandato del obispo Fraçois d’Estaing tras el incendio del campanario anterior. Esta historia nos recuerda los hechos más recientes de la catedral de Notre-Dame de París. Sin posible comparación.

François d’Estaing quería que fuera «el más bonito» y «el más alto»; dicho y hecho. Indudablemente la apuesta dio sus frutos. El visitante queda maravillado ante esta joya de piedra arenisca rosa.

 

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