
Los muros rojos del edificio contrastan con los de la placita. Aquí las gárgolas están al alcance de la mano… ¡Es fascinante! En esta parte, a diferencia de la vista desde Place d’Estaing, podemos apreciar mejor el imponente tamaño del edificio. Si vamos hasta el fondo del patio podremos ver el campanario de la catedral por encima de la torre de la casa de Benoit.